martes, 6 de octubre de 2009

El club de la lucha.

Fecha de estreno: noviembre de 1999
Dire: David Fincher

Reparto: Brad Pitt, Edward Norton, Helena Bonham Carter, Jared Leto



RESEÑA DE MIRIAM:

David Fincher hasta entonces nos había entretenido pero que muy bien, con Pitt en Seven y con Douglas en The Game. Y de repente se desmarcó con una propuesta que dividió a la crítica pero no a la mayoría del público que estuvo a favor. Lo cierto es que es un ataque al estilo de vida consumista para denunciarlo, y poco más. Muchas películas lo han hecho de la misma forma. Los planteamientos de Fincher no son complicados, lo que pasa es que los desarrolla liando la madeja pero eso sí de forma atractiva. Engancha por lo bien que están sus actores, los diálogos, los viajes urbanos de sus seres con una misión por cumplir. Cosas que hacen interesante metraje pelín largo.
Yo creo que la violencia del film tiene un sentido, y que éste es para denunciarla en todas sus formas. El tema de la publicidad, por ejemplo. Si lo sabremos aquí: ¿Acaso no hacen bastante daño ciertos anuncios insultando al espectador intentando epatar? Por no hablar de la telebasura. Si Pitt/Durden tuviera conocimiento de lo que pasa aquí montaba no uno, sino ochenta clubs de la lucha.

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RESEÑA DE CACAOLAT:

Jack (Edward Norton) es alguien incapaz de dormir, está descontento con su existencia y para colmo ese hombrecillo que está al lado en el avión se pone a soltarle una arenga antisociedad. Tyler (Brad Pitt) está cabreado con el mundo consumista y tiene un plan. Desde los más profundo de la ciudad va a crear una nueva raza, un club muy peculiar. A ostia limpia van a emerger y rebelarse. Antes, al principio, vemos que hay mucha soledad. Jack asiste a sesiones de temas que no tiene, igual que Marla (Helena Bonham Carter). Se unen en sus mentiras y todo va, digamos, bien hasta que él empieza a sentirse mejor, adaptado, y la cosa se complica. Esto y que la idea del otro es un éxito supone el comienzo de los problemas.
Los que les gusta ésta película, la ponen de obra maestra. Los que no dicen que es una tontá, una apología violenta sin sentido. No la ven como una simple y clara muestra del estado actual de la juventud, su frustración ante tanto comecocos que desde todos los ámbitos insiste e insiste en que digamos bee y no hagamos más que sentir indignación e impotencoa cuando los malosos (léase políticos corruptos, directores de las teles, prensa rosa, altos cargos de ciertos deportes...) y muchos más pecan de moral y de ley y salen de rositas. ¿Qué hacer además de maldecir? Alguien tarde o temprano ha de hacer algo, aunque suene a locura, aunque sea un pequeño gesto. Y para eso está Brad Pitt, con su chaqueta roja y su jabón.
¿Y cómo queda la peli en cuestión? Una historia única, diferente en muchas cosas ya que es algo más que violencia porque sí (en europa vimos El odio, Trainspotting) un buen título para poner en el currículum de los actores, que están todos de notable para arriba. Lo mismo para el apartado visual y el planteamiento y desarrollo, la dirección o sea de David Fincher. Creo que se me nota de qué lado de la balanza estoy, de la denuncia que supone que es de lo que se trata y de lo bien que está hecha. Han pasado diez años y como propuesta no ha servido de mucho, menos mal debo decir, si es eso lo que temían los detractores tranquilos es sólo una película. Una gran película.

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RESEÑA DE KEY:

"La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos estamos dando cuenta, lo que hace que estemos muy, muy cabreados."

¿No le gusta David Fincher? Usted se lo pierde. ¿No le gusta El club de la lucha o The game? Lo mismo. Pero a ver donde encuentra historias que dominen las odiseas nocturnas por la ciudad de tal manera, que desde Jo, que noche de Scorsese nadie trata la nocturnidad y alevosía con tanto atractivo, Batman aparte. En Jo, que noche un tipo normal se mete en líos insospechables. En El club de la lucha son ellos, los dos seres autocomplementarios que son Jack y Tyler los que montan el pollo. Es su respuesta a la indecencia que les pega en la cara y ya están hartitos. No es nuevo sentirse así ante la sociedad consumista.
Pero lo del club es una ocurrencia que les permite liberarse, desde el golpe físico hacia el espiritual para soltar tensiones. Sin las normas de un gimnasio o un deporte de peleas, ellos se lo guisan y se lo comen. Tampoco es tan malo o tan raro, a no ser claro que el supuesto club sea una tapadera para un proyecto, el Mayhem que eso es algo más chungo. El autor de la polémica novela que adapta Fincher estuvo implicado y de ello escribió. Y Fincher/Pitt/Norton hicieron una peli muy chula. Perdón si no veo anarquismo, no lo ví con Bola de dragón cuando era un crío así que...

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RESEÑA DE DOS MINUTOS:

Es una película para verla más de una vez. En el primer visionado no me enteré de algunas partes, sobre todo las relaciones personales con la chica o que no presté la debida atención, el final por supuesto sí que me dejó clavado. En resumen toda la aregna de Pitt y el bueno de Norton aguantando, y a Jared Leto le dan lo suyo, que bien. En posteriores experiencias me puse más al tema y entonces cogí el asunto, la esencia del film. Consumismo, violencia para denunciar la misma, soledad existencial... y mejor que acabe así de otra forma sería preocupante y más dudosas las críticas pero pasando lo que pasa está claro. Es David Fincher, que esperaban ¿un fin al uso?.

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RESEÑA DE EXON TIRSANO:

¿Una pasada visual? No tanto. Una maravilla del séptimo arte? No tanto. Pero es una gran película. Sus detractores parece que se olvidan de lo bien que está rodada para hacer que el espectador permanezca en sintonía. Todo el rollo inicial del personaje de Norton y Marla, con sus terapias inventadas, la convivencia de los dos chicos, y total las peleas son unas pocas para pasar el rato mientras el malo de Pitt, que es a elección de cada cual si es real o una parte malévola de la mente de Norton, lleva a cabo sus planes.
Porque el mensaje es ése: una vida perfectamente común puede llegar a un punto de locura, a lo mejor por una influencia externa, o locura interna que es una opción más interesante, lo que está claro es que hay mucha gente fastidiada y en cualquier momento surge uno (o dos) terroristas carismáticos que de una forma atrayente los puede usar para manipular y ocasionar el caos.

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