domingo, 8 de noviembre de 2009

Todo sobre mi madre.

Fecha de estreno: abril de 1999
Dire: Pedro Almodóvar

Reparto: Cecilia Roth, Marisa Paredes, Antonia San Juan, Candela Peña, Penélope Cruz, Fernando Fernán Gómez, Rosa Mª sardá



RESEÑA DE CACAOLAT:

Con unos personajes así se pueden hacer películas grandiosas. El teatro y el cine siempre han quedado muy bien en pantalla, y aunque de forma trágica pasará de nuevo en una historia llena de emotividad. Manuela (Roth) va con su hijo a ver la representación de Un tranvía llamado deseo, y al salir el chico corre a pedir un autógrafo a la gran actriz Huma Rojo (Paredes) cuando es atropellado y muere. Manuela decide viajar a Barcelona a comunicar al ausente padre que tuvo un hijo, algo que necesita hacer para superar tan hondo dolor. En el camino se encuentra con una serie de mujeres con historias trágicas incluyendo a la actriz y a Estela (Peña), la prostituta Agrado (San Juan), o una joven monja embarazada (Cruz). A su pesar irá relacionándose y abriéndose a éstas personas mientras finaliza su búsqueda, y se decide a contar a Rojo lo que pasó aquella noche.
Dejando al margen el único punto discordante de la peli, que tiene su sentido porque es una referencia a otra película (el aspecto de Tony Cantó está sacado de Vestida para matar) no hay duda de que Todo sobre mi madre es una de las grandes y mejores películas del 99. Todos los premios para la cinta y para el conjuto de las actrices son más que merecidos, sobre todo para Roth que si bien ya había dejado muestras de su valía en Martín (Hache) o Un lugar en el mundo por ejemplo, con Manuela impresionó por su capacidad de meterse en el papel.
A Marisa Paredes ya la conocíamos y cuando es con el director manchego saca lo mejor, cosa que vuelve a hacer magistralmente. Sorpresa el descubrimiento de alguien tan humildemente carismática/co como San Juan de Agrado y Penélope Cruz y Candela Peña en dos secundarios a la altura de las demás. ¿Y cómo queda la peli en cuestión? Un melodrama que nada tiene que envidiar a los del Hollywood clásico, el inico de una etapa seria para Almodóvar que al menos igualó en calidad con la siguiente, Hable con ella, antes de gastarse. Como ya está dicho unos papeles grandiosos, de personas con una humanidad y capacidad de lidiar con el dolor que quedan muy cinematográficos sin estar alejados de la realidad. Un éxito internacional que cosechó premios y un palo para Solas que se estrenaran el mismo año, a la que ganó en premios siendo las dos una maravilla.

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RESEÑA DE MIRIAM:

Nadie está libre de dolor. Hasta la súperestrella del teatro sufre por su compañera. Claro que no hay desgracia más grande que perder a un hijo así, de repente. Cuando Manuela le cuenta a Huma como pasó hay que fijarse en su cara de asombro. Una gran actriz y otra gran actriz, un relato tan grande como la vida y la muerte mismas. Leo algunas críticas intentando encontrar aspectos que hagan perder valor con el afán de restarle méritos a la película. Luego me pongo a verla y lo que veo es lo mismo de la primera vez una obra maestra del melodrama como las del Hollywood clásico, pero -bien- adaptada a los tiempos actuales. Simple y claramente, con unas te sientas y te ríes. Con otras te sientas y te emocionas.
Eso pasa con una película española le pese a quien le pese, que si fuera de Francia o América estaría aun mejor considerada. Es que España es así, pero afortunadamente España también es como los personajes de la película. Auténticos.

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RESEÑA DE OTELLO 99:

Siendo sincero, me costó entrar ya que los primeros minutos me parecieron muy tediosos, todo tan evidente, notándose tanto cada recurso visual y el accidente tan mal rodado. Pero son muchas las grandes películas que pecan de eso, y se las perdona porque una vez comprendido de que va el asunto éste se desarrolla con tanta fuerza cinematográfica que da igual lo anterior. Desde el momento en que ella llega a Barcelona y conoce a otras mujeres a las que puede ayudar y así no centrarse todo el rato en su drama particular, ya que la imposibilidad de hablar siquiera de su hijo le tenía muy resignada y paralizada para relacionarse.
Todo fluye de forma constante, sin prisas, es lo que se agradece que la trama avance mostrando con naturalidad la vida de esa gente normal con problemas normales, aunque sean actrices de teatro. Porque las cosas son más simples de lo que parece por muy crudo que parezca que ocuparse de la monja Pé es hacerla sustituta de su hijo. Lo mismo con el resto a un nivel más temporal. Manuela aunque no quiera no puede evitar echar una mano, por mucho que haya sufrido, porque la maldita vida sigue y el maldito mundo sigue girando. Una película que hizo mito a Almodóvar en Estados Unidos iniciando una etapa de melodramas que sólo con la siguiente, Hable con ella, mejoró o incluso superó.

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